La Declaración de Purmamarca
contiene los principios comunes y pilares de la agenda educativa argentina,
suscripta por todos los ministros de educación del país en la provincia de
Jujuy el pasado 12 de febrero, en el marco de Consejo Federal de Educación.
Creemos necesario afianzar las bases de una revolución educativa
cuyo vértice es la escuela, donde se gesta el futuro del futuro. Para ello, es
indispensable implementar acciones conducentes a un aprendizaje continuo, para
lo cual se requieren procesos sistemáticos de evaluación que favorezcan el
desarrollo integral de todos y cada uno de los niños/as, jóvenes, adolescentes
y adultos, jerarquizando al docente en su rol de autoridad pedagógica y como
agente estratégico de un cambio cultural que continúe poniendo en valor a la
Educación. Para el logro de estas metas resulta imprescindible contar con el
apoyo de las familias y de la sociedad en su conjunto.
Para reafirmar nuestro compromiso con una educación de calidad
para todos, nos proponemos avanzar en principios comunes y una agenda que tenga
como pilares:
Promover la educación y el conocimiento como un bien público y
un derecho personal y social que deben ser garantizados por el Estado, acorde a
lo establecido por las leyes nacionales vigentes.
Sostener la inversión en educación establecida en el 6% del PBI.
Avanzar en la obligatoriedad de todo el nivel inicial a partir
de los tres años de edad, convencidos de que para obtener mayores logros
educativos debemos profundizar el fortalecimiento a la atención integral de la
primera infancia. Para ello el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación
se compromete a construir jardines de infantes en todo el territorio de la
República Argentina.
Fortalecer los aprendizajes en la escuela primaria. Todos los
niños y niñas deben egresar del nivel contando con los conocimientos
indispensables para poder acceder a la escuela secundaria. Para ello, será
necesario implementar acciones de apoyo a los aprendizajes, seguimiento de las
trayectorias escolares de los alumnos y articulación de estrategias pedagógicas
que garanticen el pasaje y la continuidad de los estudios, sin renunciar a la
exigencia educativa, dado que tenemos la convicción de que todos los niños y
niñas están en condiciones de aprender, atendiendo en especial a los sectores
sociales más vulnerables.
Implementar progresivamente la jornada extendida a través de
actividades escolares, culturales, educación física, deportivas, recreativas,
artísticas y sociales -con el apoyo del Consejo Federal de Deportes y de los
distintos niveles de gobierno- a través de consensos, acuerdos y acciones que
promuevan más cantidad de horas de escolaridad, posibilitando que la escuela
salga de la escuela.
Asegurar el ingreso, permanencia y egreso para la totalidad de
los estudiantes de la educación secundaria en todas sus modalidades. El desafío
es alentar y promover nuevas formas de acceso al conocimiento, a través de
propuestas diversificadas que atiendan los intereses de los estudiantes y el
desarrollo de sus propias capacidades, en pos de mayores niveles de autonomía
en su relación con el mundo social y del trabajo. En tal sentido, el Consejo
Federal de Educación consensuará, en cada caso que fuera necesario, promover la
mejora de las sociedades y economías regionales, con nuevas orientaciones para
la Escuela Secundaria que atiendan este objetivo principal así como las
particularidades de cada jurisdicción.
Promover procesos de evaluaciones anuales en la educación
primaria y secundaria para obtener diagnósticos precisos que nos permitan
mejorar el aprendizaje de los estudiantes. Para ello, el Ministerio de
Educación y Deportes de la Nación impulsará la creación del Instituto de
Evaluación de la Calidad y Equidad Educativa.
Mejorar la formación inicial y continua de los docentes, factor
clave de todo cambio educativo.
Alentar -a través de diversos incentivos- que los mejores
estudiantes de la escuela secundaria encuentren atractiva la elección por la
docencia.
Generar y fomentar políticas y proyectos de innovación educativa
que promuevan nuevas formas de organización escolar, propicien el trabajo
colaborativo e intersectorial, la enseñanza de habilidades y competencias para
el siglo XXI, espacios de enseñanza y aprendizaje en entornos digitales,
profundizando el uso de las TICs en todos los niveles educativos.
Desarrollar herramientas e integrar enseñanzas académicas con
conocimientos del trabajo y la producción para reducir la brecha entre la
educación y el mundo del trabajo.
Promover iniciativas de cooperación internacional que
contribuyan a fortalecer la política educativa mediante la generación de
espacios de diálogo, el intercambio de aprendizajes y la integración para hacer
frente a los desafíos de la sociedad global en el siglo XXI.
Fortalecer la autonomía de las provincias y la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, referida a la gestión, la implementación de programas, planes
y proyectos acordes a sus necesidades y realidades, como así también a las
adecuaciones curriculares. afianzando un sistema educativo nacional, con
cohesión y metas comunes.
Para finalizar, transcurridos ya diez años de la sanción de la
Ley de Educación Nacional y en el marco del Bicentenario de la Declaración de
la Independencia de nuestro País, se reúnen en Asamblea del Consejo Federal de
Educación el Ministro de Educación y Deportes de la Nación, las máximas
autoridades educativas de cada jurisdicción junto con los representantes del
Consejo de Universidades, a los fines de acordar los pilares precedentemente
mencionados, con el propósito de que todos los niños, niñas, jóvenes,
adolescentes y adultos de nuestra patria, independientemente de su procedencia
social, económica, cultural o de nacimiento alcancen una educación de calidad
que les permita contar con las herramientas necesarias para garantizar su autonomía , construir su
futuro y contribuir al crecimiento de nuestra sociedad.
Fuente: Boletín DNS / Art. Periodísticos.
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